El espino blanco tiene varios componentes activos, siendo los fenoles y los flavonoides los principales. Esta planta ha evidenciado tener un efecto depresor sobre el sistema nervioso central, lo que podría ser útil en estados de hiperactividad nerviosa, como el que tienen las personas con síndrome de ansiedad crónica.
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha aceptado el uso tradicional del espino blanco para aliviar los síntomas cardíacos temporales (por ejemplo, las palpitaciones) debidos a cuadros leves de ansiedad, tras haber sido descartada la existencia de otras patologías; para los síntomas de ansiedad; y como ayuda para conciliar el sueño.
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